Hoy 8 de marzo, se conmemora el Día Internacional de la Mujer, y vale la pena reflexionar un poco sobre ello, sobre nuestro papel en la sociedad y cómo hemos luchado a través del tiempo por la igualdad de derechos y oportunidades.
Regresemos un poco a la historia...
Entre 1909 y 1917 las mujeres trabajadoras se organizaron para exigir:
Mejores salarios
Igualdad de condiciones
Derecho al voto
En 1975 la ONU fijó el 8 de marzo para reconocer estas luchas y desde 1996, con el ánimo de visibilizar los diferentes problemas relacionados con la igualdad y reconocimiento de derechos de las mujeres creó lemas para cada conmemoración anual, y este año es:
Mujeres líderes: Por un futuro igualitario en el mundo del Covid-19
Y es que la pandemia nos puso en una dinámica más demandante por los diferentes roles que desempeñamos; no es fácil tener una junta virtual sin que tus hijos estén hablando o que aparezcan en la cámara saludando. Pero si nos pone a reflexionar en que la igualdad viene desde casa, en el día a día; desde la distribución de las tareas en el hogar, en la crianza de los hijos o incluso en el mismo apoyo para desarrollarse profesionalmente y que en la sociedad se vea como trabajo en equipo y no resultado de una sola persona. Y es que a pesar del avance que se tiene hoy en día, todavía hay mucho que hacer para garantizar el cambio en las futuras generaciones.
En mi caso, me siento afortunada porque mis padres dieron las mismas oportunidades de estudio a mi hermano y a mí; y eso puede ser el principio, comparado con otros países donde ni siquiera eso se ha logrado. Me pongo a pensar en mis abuelas que vivieron en los años 50's cuando se otorgó en nuestro país el derecho de votar a la mujer, que debió ser un gran avance considerando que ellas fueron criadas para estar en casa y cuidar de sus hijos. Y es aquí donde cuestiono ¿Qué tanto hemos avanzado como sociedad, si todavía existe violencia contra la mujer en su casa, en su trabajo o en las calles? ¿Qué podemos hacer para ayudar a que esta situación mejore? Creo firmemente que se trata de educación, de enseñar que las tareas del hogar se pueden hacer por igual, que no por el hecho de ser niña/mujer significa que sea menos o que no pueda, sino todo lo contrario, que a pesar de las diferencias que tiene cada género, se complementan y juntos son mejores. Al menos así veo mi papel siendo madre de dos hijos varones y deseando que el día de mañana, cuando tengan pareja, sepan respetarla, apoyarla y ayudarla para crear un verdadero equipo. ¿Y tú qué opinas?
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