Cómo ayudar a que nuestros hijos aprendan y quieran hacerlo.
Después de unas muy merecidas vacaciones, (porque debo admitir que disfruté no tener que corretear a mis hijos para desayunar, cambiarse y conectarse a sus clases) el lunes pasado regresamos a la rutina de las clases en línea, de las tareas y las interminables palabras de motivación para que se concentren, hagan bien sus actividades escolares y no quieran desconectarse a los 5 minutos de haber empezado la clase. Pero todo esto trae consigo una evidente reducción en tiempo, hay menos tiempo para mis actividades y mis proyectos, los días se vuelven más cortos por la cantidad de cosas por hacer y ahora debo hacer uso de mis habilidades de organización, paciencia y persistencia para que todo fluya y cada quien avance en lo suyo.
Y por si no fuera poco, este viernes se cumplieron 100 días de clases en línea, de este ciclo escolar y casi 9 meses desde que empezó la contingencia por Covid-19 y las escuelas cerraron. Sin duda, ha sido un gran reto y estoy segura que no soy la única, que en cada familia hay una historia que contar, un reajuste que tuvieron que hacer para que las cosas funcionaran y que tanto los hijos pudieran tomar sus clases, como los padres puedan trabajar a distancia.
En esta nueva normalidad, los niños están conectados para estar en clase; y si bien hacen tareas y actividades, esto no es lo mismo a si estuvieran en el salón de clase. Ahora el proceso educativo es más pasivo y no puedan hacer propia su experiencia educativa; hace falta la viva interacción con los maestros y los amigos, que les permiten aprender y balancear su proceso educativo. Es por ello, que hoy como padres necesitamos ayudar a balancear ese proceso en casa y aquí te presento 3 puntos a considerar:
Enamórate del sistema educativo que tiene la escuela de tus hijos. Si tu estás convencida del modelo educativo en el que están tus hijos, sabrás cómo ayudarles en sus tareas, actividades y proyectos. Muchas veces pensamos que el mejor sistema es el mismo al que tuvimos cuando éramos pequeñas, pero no tomamos en cuenta que cada persona tiene un estilo de aprendizaje diferente y eso limita el potencial de nuestros hijos. Busca el modelo educativo que más se adapte a las necesidades de tu hijo y si descubres que la escuela donde está ahorita no es la mejor opción, no lo dices y cámbialo de escuela.
Crea un ambiente en casa que invite a tus hijos a estudiar. No importa de qué tamaño sea, debe ser "su" espacio donde pueda tener al alcance su material y libros para poner atención y que pueda avanzar en sus actividades. En mi casa, el comedor se convirtió en salón de clases y oficina, porque por la edad que tienen mis hijos, debo estar al pendiente de sus actividades y asegurarme que las hagan. Tenemos una pared con material didáctico, como los días de la semana, las estaciones del año y un calendario que les ayuda a recrear el ambiente escolar.
Crea congruencia entre cabeza, mente y corazón. No todo es pensar y hacer actividades de la escuela, hay que buscar el balance y esa es nuestra tarea. El pensar, el sentir y el placer debe estar alineadas; por ejemplo, al terminar sus actividades de la escuela que tengan tiempo para hacer algo que a ellos les guste mucho, que siempre sientan que son queridos con un gesto, un abrazo o incluso palabras de apoyo. Si logramos tener balance, tendremos mayor posibilidad de que se apasionen en lo que hacen y quieran aprender.
Ser mamá no es fácil y en tiempos de pandemia más, pero es momento de dedicarle tiempo a quienes serán el futuro de nuestra sociedad, de sembrar esas semillas para que el día de mañana florezcan y forjen su propio camino. ¿Y tú qué opinas? ¿Cómo has vivido este regreso a clases?
Por tus comentarios en la descripción de tu vida diaria, con la absoluta necesidad de permanecer en casa por la pandemia del Covid 19, veo que has podido adaptarte al ambiente actual de que aún estando en casa, tienes que atender todas tus roles de mamá y señora de la casa, ya que el tiempo requerido en cada actividad, es mayor al real, por lo que tienes que hacer varias actividades al mismo tiempo, por ello tu adaptación de comedor a salón de clases (ambientandolo para ello) y de oficina, ya que no puedes renunciar a cada rol ya comprometido en tu vida laboral y familiar. Mi admiración a esa actitud positiva.