Poner orden en nuestra vida, no sólo funciona teniendo la motivación para hacerlo, necesitamos saber cómo hacerlo. Para ello, existen algunos principios que son la base de esto y que al incorporarlos podemos tener una vida más ordenada. ¿Estás lista para conocerlos? ¡Comencemos!
Lo más difícil de ser una persona organizada no es organizarse sino seguir estando organizada a través del tiempo.
Pórtate bien contigo. Todo lo que hagas será en tu propio beneficio y porque deseas que tu vida pase de forma más fluida. Acostúmbrate a emplear unos minutos en arreglar las cosas cuando termines de trabajar algo. Tu trabajo no ha terminado hasta que has dejado las cosas del modo en que quieres encontrarlas cuando vuelvas.
Divide cualquier tarea en pequeñas partes. Nunca empieces un trabajo sin dividirlo en tareas lógicas más elementales; y termina siempre una tarea antes de pasar a la siguiente, aunque te parezca que están conectadas entre sí. Si estás trabajando en un proyecto que tiene fecha límite, después de dividir la tarea en partes, asigna fechas límites intermedias para cada una de las partes del proyecto.
Agrupa las tareas similares. Además de agrupar los objetos similares, también tenemos que agrupar las actividades para ahorrar tiempo, dinero y energía, y evitar que nuestros cerebros estallen. Por ejemplo, agrupa los pendientes que tengas que hacer fuera de casa, para no hacer varias vueltas.
Las cosas similares tienen que estar juntas. Este es el principio básico de la organización, no entender que las cosas se agrupan por similitud entre ellas es el problema más básico que tienen las personas desorganizadas. Comienza clasificando las cosas en pilas de objetos similares, luego coloca cada grupo de cosas similares en su propia carpeta, caja, bandeja, cajón o estantería.
Perspectiva de largo alcance. Comienza siempre reuniendo todo lo que está relacionado con la tarea que estás haciendo. No pienses en empezar a organizar si no tienes todo de frente. A medida que vayas ordenando, verás cómo todo se va haciendo menos hasta llegar a un tamaño manejable, como una carpeta, una cajón o una caja.
Clasifica. Una vez que hayas agrupado los objetos parecidos, es hora de clasificarlos. Cada uno de los objetos debe de ir en las siguientes categorías:
Guardar (encontrar un lugar lógico)
Tirar (está roto, inutilizable o irreparable)
Regalar o reparar (otra persona puede utilizarla)
Pendiente de decisión (no estás todavía segura sobre qué hacer con ello)
Categoría “Pendiente”. Lo que más interrumpe cuando estamos organizando cualquier cosa, es no saber qué hacer con ello. No poder decidir entre guardar, tirar o regalar, puede ser frustrante o incluso desmoralizan a tal grado que podemos perder el interés en continuar organizando. Entonces existe la categoría pendiente, para poner todo lo que no puedas clasificar en el momento.
Todo tiene su lugar. Debes crear un sistema lógico para ti. No pongas algo en un armario simplemente porque allí queda un poco de espacio. Ubícalo allí donde sepas que está, que puedas buscarlo y encontrarlo.
La regla de los 15 minutos. Esta regla define que todo el mundo puede hacer casi todo si es sólo durante 15 minutos. Después de ese tiempo, o todo irá bien que continuarás haciéndolo o bien podrás parar sabiendo que has avanzado y que después puedes volver a esa tarea.
La ley del 20/80. Podemos aplicarlo a diferentes aspectos de nuestras vidas, por ejemplo: El 20 por ciento de tus esfuerzos producirá el 80 por ciento de tus resultados. Otra forma de verlo es que existe un 20 por ciento de tu lista de pendientes que realmente importan y te ocupará el 80 por ciento de tu tiempo.
Adoptando estos principios, te darás cuenta que tu vida está más ordenada tanto en las cosas pequeñas como en las más importantes; así que no lo dudes y ve poniendo orden en tu vida. Aquí te dejo una guía para que puedas crear listas infalibles de pendientes y puedas organizarte mejor.
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